SofocanteCalorPobrezaEnergetica

 Ya en su día escribimos sobre la “pobreza energética”, referente al asunto de la falta de calefacción en numerosos hogares, por sus elevados costes durante el invierno. Las conclusiones eran duras… ahora llegan las olas de calor y salta otra cuestión ¿Tener aire acondicionado, o algún tipo de climatización adecuada, es un lujo o una necesidad con la que está cayendo?

España sufre desde hace semanas sucesivas olas de calor asfixiantes que continúan con avisos naranja o amarillo activados en 34 provincias de 10 comunidades por altas temperaturas y que se prolongarán durante varios días, con breves treguas intercaladas. Las últimas noticias confirman que se ha disparado un 13,3 % el consumo eléctrico en los catorce primeros días de julio, en comparación con el mismo periodo de 2014.


Este incremento del consumo trae consigo el impulso de producción de todas las fuentes de energía, como centrales térmicas, tanto de carbón como, especialmente, centrales de ciclo combinado, que han producido un 96,6% más.

No queremos entrar en cifras de fallecimientos relacionados con este insufrible calor, dado que no es el tema que nos ocupa, pero sí lanzamos la reflexión sobre el esfuerzo económico que supone hacer uso de este tipo de servicios para aliviar la canícula. Introducir en el presupuesto familiar un disparo de la factura eléctrica en meses en los que se piensa en compensar los altos pagos generados en invierno por la calefacción, no es llevadero por todos los hogares. Hasta para adquirir aparatos eléctricos tipo ventiladores o difusores evaporativos de agua, se debe disponer de un buen presupuesto. Hace unos días, los fabricantes de estos pequeños aparatos ya avanzaron que se habían disparado las ventas de ventiladores y aires acondicionados, con riesgo incluso de desabastecimiento.

¿Sabéis que, por ejemplo en Francia, las farmacias francesas cuentan con sistemas de refrigeración y sirven, de algún modo, como lugares de protección o “refugio” para los ciudadanos ante las inclemencias y los efectos de las olas de calor?

Podríamos afirmar que la pobreza energética no sabe de estaciones. Aunque, según la ACA (Asociación de Ciencias Ambientales), es pronto para medir los efectos que sobre la salud está teniendo este “brote” de pobreza energética en verano, las altas temperaturas ya han colocado a uno de cada seis hogares en situación de vulnerabilidad energética.

Hablamos de necesidades básicas y el debate sobre si el confort térmico es un lujo o precisamente una necesidad, no debe plantearse como una frivolidad ni como una falta de convivencia con el umbral del “sufrimiento” térmico, sino como la respuesta a una situación, esperemos que anómala, que ya va para largo.

Desde quierocambiarmisventanas.com ya sabéis nuestros consejos, protegerse incluso en casa, hidratarse bien, hacer un uso inteligente de la ventilación, disponer de unas buenas ventanas de PVC que aíslen del exterior y conserven la temperatura interna sin necesidad de usos abusivos de la climatización… y pasear por la sombra.

Fuentes: Deceuninck.es, incerco.es, El periódico de la energía y El Mundo.

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