El ahorro es evidente en el caso de los ciudadanos que comprarán o bien arrendar una residencia en dos mil dieciseis. Sobre la Y también ya se garantizan un ahorro mínimo del cuatro por ciento  en el IBI. Tratándose de dueños que no tienen pretensión de mudar de casa, mas que deberían hacer obras para ganar alguna letra, la rebaja en el impuesto debe ser vista en concepto de motivación y concienciación y no como una ayuda económica esencial. Eso sí, los mayores ahorros se marchan a apreciar en las facturas energéticas, que pueden reducirse a la mitad, o bien aun más.

 

Si se toma una residencia de ochenta metros y un gasto medio de calefacción y agua caliente sanitaria de ochocientos noventa euros anuales, “el certificado energético (Y también) establece que pasaría a ser D reemplazando la carpintería de aluminio por marcos de PVC y vidrios dobles, lo que cuesta más o menos tres. mil euros. Y mudando la presente caldera por otra de condensación de alto desempeño que vale mil novecientos euros. La inversión total es de cuatro mil novecientos euros”, explica Rocío Amo, directiva de Eficacia Energética de la compañía Certicalia. Con estas dos medidas, el consumo se reduce un cuarenta por ciento , con lo que el gasto anual desciende hasta trescientos cincuenta y seis euros (en vez de ochocientos noventa). Por si fuera poco, “su bonificación en el pago del IBI aumenta a un ocho por ciento  (suponiendo un IBI de ochocientos euros, el ahorro es de sesenta y cuatro euros). En conjunto, cuatrocientos veinte euros anuales menos”, afirman en la compañía de certificación.

 

Esta inversión se amortizaría en once años. “Aunque tardes múltiples años en recobrar ese dinero, el confort y la calidad de vida en esa residencia mejora con la rehabilitación. Y asimismo reducimos la polución por CO2. La medida ayuda a fomentar la rehabilitación energética, como lo hacen las subvenciones”, agrega C. Royo, directiva de Comunicación de Certicalia. De las treinta y cinco mil residencias examinadas por esta empresa en España desde dos mil trece, el cincuenta y tres por ciento  son Y también, que conseguirían un cuatro por ciento  de descuento en el IBI sin efectuar reformas. Otro treinta y cuatro por ciento  no tendría bonificación, siendo F y G.

 

“Considerando un IBI de cuatrocientos euros para una residencia de cien metros útiles, la rebaja del impuesto del veinte por ciento  por tener una calificación A supone un total de ochenta euros. “La rebaja del IBI forma un pequeño apoyo económico, al que va a haber que sumar muchos otros: descuentos en impuestos directos y también indirectos, comodidades de financiación y subvenciones a fondo perdido acumulables de diferentes administraciones”, opina Méndez.