Dejando de lado la gravedad de este informe, ya que se trata de un problema que afecta tanto a casas antiguas como a edificios de nueva construcción, es posible que, si alzas la vista, encuentres cosas de las que antes no te habías percatado. La diferencia es notable si eres residente habitual de la urbe en cuestión ya que la rutina de nuestras vivencias en dichos entornos, no nos permite sacar el momento para disfrutar de las preciosas fachadas y ventanas de que disponen.
No desistas en la búsqueda de nuevas vistas, qué podemos decir de todas esas pequeñas o grandes cosas que habitan en las alturas, por ejemplo:
- Los carteles que dan nombre a las calles… ¡Los hay preciosos! Los que rememoran el pasado, muy artesanos o mucho más industriales pero lo curioso es que en cada lugar son muy diferentes. Es como si formaran parte de la identidad de la propia ciudad, como una especie de firma personal.
- Los balcones y las terrazas. Un espacio adicional de los hogares con acceso al ojo público que refleja la personalidad y el espíritu de cada barrio. Paredes salpicadas de macetas, molinillos y móviles que se balancean con el viento, ropa tendida, jardines verticales, animales… Objetos que ofrecen mucha información sobre las costumbres de los que allí viven. Aunque no son solo los objetos decorativos los que nos cuentan cosas: los materiales y los diferentes estilos característicos del lugar nos hablan del tipo de meteorología y temperaturas a las que el lugar se somete.
- Ventanas. Clásicas, modernas, cerradas, abiertas, cuidadas, estropeadas, de PVC o de madera, con persianas o estores, seguras o generosas, ventanas tras las que se filtra la luz benéfica del invierno y la cálida del verano. Una ventana en una ciudad, en una calle concreta, que se convierte en las múltiples ventanas por las que podemos asomarnos en cualquier parte del mundo. Sentados de espaldas al frío o del calor y a la intemperie en esta ventana que nos aísla de los ruidos y que da cabida a esos cálidos espacios de la intimidad que tanto echamos en falta cuando estamos inmersos en los conflictos del día a día.
- Depósitos de agua, cajas de aire acondicionado y salidas de emergencia. En urbes repletas de rascacielos lo difícil es que no se nos vayan los ojos hacia arriba a buscar dónde acaban esos enormes edificios. Es el caso por ejemplo de Nueva York. Además de los rascacielos, los depósitos de agua junto con las escaleras de emergencia son algunos de los “extras” que representan las alturas de esta ciudad.
- Azoteas, tejados y campanarios. Un reino independiente reservado a los gatos, a las aves que anidan y a todos aquellos que sueñan con recorrerlos emulando Mary Poppins y que también es un símbolo de muchas ciudades. ¿Quién no ha soñado alguna vez con poder estar en alguna de las fiestas que se hacen en las azoteas de La Habana, en Cuba? ¿O disfrutar de esos, cada vez más habituales, jardines colgantes que nacen en altura?
- No nos olvidemos de otras muchas sorpresas descubiertas, como las interesantes personas que por observación, se convierten en protagonistas de nuestras historias imaginadas en el interior de sus viviendas. Y es que en la ciudad, como en la vida misma, a veces solo es cuestión de poner la mirada en otra dirección para descubrir tesoros que siempre habían estado ahí.
Échale imaginación, te invitamos a que en cualquiera de tus recorridos habituales, esos que ya conoces de memoria, de vez en cuando te dé por poner tu mirada en las alturas. Estamos seguros de que vas a descubrir un nuevo “mundo” que aun estando ahí desde siempre e incluso conviviendo contigo estaba pasando totalmente desapercibido a tus ojos.
Ojo al dolor de cuello, desde quierocambiarmisventanas.com te aseguramos que no te aburrirás por lo que nos toca… las tenemos de todos los colores.
Fuente: deceuninck.es, El Mundo Economía, Anida blog.