Había una vez una familia compuesta por un padre, una madre y sus dos hijos… Vivían en una gran ciudad española y tenían muy a menudo, conversaciones con sus vástagos sobre la importancia de cuidar nuestro planeta. Los niños ya estaban en edad de lavarse los dientes y la lucha paternal por utilizar de manera adecuada el agua que aparecía “¡gratis mami!” a través del grifo, y apagar la luz del cuarto de baño al salir… era continua.
Pero un día el mayor, que ya tenía edad de importunar, preguntó a su padre: “¿Por qué salta la calefacción en mi habitación todas las noches? Yo paso mucho calor en la cama…”. El padre se quedó perplejo y le intentó explicar algo de un aparato inteligente llamado termostato, aunque no tardó mucho en darse cuenta de que la ventana del niño tenía un mal aislamiento y un incorrecto cerramiento para combatir el frío y ventoso invierno que estaban pasando este año.
Sea por el contenido de la educación recibida en los colegios e institutos, sea por la formación académica, al igual que sucede con el hábito de fumar, los progenitores de determinada generación, los que tienen edades comprendidas entre los 30 y 40 años, de grandes ciudades y con un nivel sociocultural medio-alto, se “mojan” más con lo de la Eficiencia energética.
La mente infantil absorbe mejor los conocimientos, sus redes neuronales están dispuestas a conocer más ampliamente el mundo que les rodea. Es el momento de enseñarles otras muchas cosas como utilizar adecuadamente los recursos que, en esta sociedad occidental en la que vivimos, parecen “normales”, sí, esos que cuando nos faltan por avería u otra circunstancia, empezamos a valorar más.
Hablamos de Eficiencia energética y es básica en un hogar actual, no hablamos únicamente de un compromiso con la naturaleza, sino de ahorrar en la factura que a todos nos toca pagar. España no se caracteriza, en general, por ser el país europeo más concienciado al respecto, pero parece que nuestros habitantes de algunas grandes ciudades sí están más comprometidos con ella. En muchos hogares de Madrid, Barcelona y Zaragoza se sitúan los protagonistas de nuestro post de hoy.
Curioso el dato de que en el 15,3% de las viviendas no se apaga la calefacción por la noche y en el 8,7% no la apagan cuando se ausentan más de un día de la vivienda…. ¡Reflexionemos!
¿Sabes que, según el IDAE http://www.idae.es/ , una ventana y cerramiento eficientes pueden suponer hasta un 25-30% de ahorro energético? Es una acción relativamente sencilla y fácil de realizar, que genera una reducción de la necesidad de calefacción y aire acondicionado sustancial.
La edad no tendría por qué importar, pero la madurez sí, y nadie deberíamos estar al margen de la concienciación. Aquí, no mojarse, es mantenerse fuera de algo que nos ocupa a todos.
Fuente: deceuninck.es, momit.es, idea.es